PERSONAJES

Jesús Soto: bolivarense infinito de alcance mundial

Este 5 de Junio se celebra el aniversario 92 de su natalicio

Texto: María Alejandra Pasarella A.

***Gracias al Maestro Jesús Soto el arte moderno tiene una nueva visión, una en la que el espectador se hace partícipe de la obra e interactúa junto con ella. Nuestro Soto es el artista plástico de mayor influencia a escala mundial del siglo XX, es motivo de gran orgullo para todos los bolivarenses.SOTO ANIVERSARIO

Se trata del bolivarense más universal de todos los tiempos. Su coqueteo con el arte era evidente desde sus primeros años de juventud, la música y la pintura, sus grandes pasiones, aunque para pocos era visible el impacto que tendrían sus creaciones en el mundo entero.
Jesús Rafael Soto, nació en Ciudad Bolívar el 5 de junio de 1923, según cuenta la tradición oral de nuestra tierra, durante sus años de adolescente se dedicaba a pintar los murales que promocionaban las películas de los cines de la capital bolivarense.
Entre mediados de la década de los 30 e inicios de la década siguiente, se podría situar esa época del Soto de carteles y avisos, en una Angostura pequeña y todavía dependiente en gran medida del comercio que generaba la navegación en el Orinoco.
Para septiembre de 1942, Soto ingresaba a la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas, gracias a una beca que obtuvo. Su proceso de formación fue continuo y en ese ir y venir, se cruzó en el camino con quienes hoy también son grandes figuras de las artes como Carlos Cruz Díez y Alejandro Otero, con quienes entabló una gran amistad y quienes serían más adelante un apoyo a su llegada a Paris.
Desde 1943 hasta 1949, Jesús Soto participó en el Salón Oficial de Arte en Caracas y en 1950 realizó su primera exposición individual, presentando 14 cuadros que mostraban paisajes, retratos y algunos dibujos.
El 16 de septiembre de 1950, Soto es recibido en Paris por varios artistas plásticos, entre los que se cuentan Alejandro Otero, Carlos Cruz Díez y otros que conformaron el grupo Los Disidentes, quienes tenían una posición crítica con respecto al arte figurativo que se realizaba en ese momento en Venezuela, criticaron duramente a la pintura tradicional, al método de la Escuela de Artes Plásticas y a lo que juzgaban, como falsos salones de arte oficial.
No obstante, de la mano de Aimeé Battistini llega al conocer el arte moderno, aunque no muy convencido de lo que se estaba haciendo en Paris.
Soto comienza a trabajar a partir de las obras de Mondrian, Malévich y a reunirse con artistas como Tinguely, Calder, Vasarely, estos creadores tenían un gran interés por el movimiento real o virtual. Los artistas empleaban materiales extra-pictóricos, como plásticos, metal, alambres, motores, etc.
Su historia en Paris es completamente bohemia, tuvo a la guitarra como su fiel compañera y la inspiración del movimiento como ingrediente activo para lo que dentro de muy poco sería una nueva tendencia en el mundo de las artes. Soto en la búsqueda de una nueva visión artística y tras un arduo proceso de indagación personal, llega a plasmar en sus obras vibraciones visuales que provocan la impresión de movimiento virtual.
Todavía en la década de los 60 ciertos artistas latinoamericanos decían: “Soto lo que hace es: rayitas”. No obstante, él, inmutable y concentrado en sus búsquedas, seguía estudiando y planteándose ideas nuevas, buscando nuevas salidas a sus planteamientos.
El mayor aporte del Maestro Jesús Soto es haber logrado la integración del espectador en cada una de sus obras; quien ha tenido la dicha de mirar alguna de sus obras, seguramente se habrá descubierto sintiendo el movimiento, siendo parte de esa historia.
Soto cambió el modo de ver y disfrutar del arte, después de Soto, los espectadores tienen la oportunidad de ser parte de la obra, interactuar con ella y de hacer junto a ella momentos perfectos e irrepetibles.
El Maestro Jesús Soto es uno de los artistas plásticos de mayor trascendencia del siglo XX, la disciplina, la investigación, la serenidad y la humildad, fueron cualidades que le acompañaron en el desarrollo de lo que hoy conocemos como el arte cinético.

Algunos premios
Jesús Soto obtuvo en 1960 el Premio Nacional de Pintura con una vibración blanca expuesta en el Salón Anual. Entre otros premios fue distinguido con la Medalla de Picasso de la Unesco, 1981; designado Miembro Titular de la Academia Europea de las Ciencias, las Artes y las Letras, París 1981; Premio Pedro Ángel González, Gobernación del Distrito Federal Caracas, 1995; Gran Premio Nacional de Escultura de Francia, 1995. Además recibió el Gran Cordón de la Orden del Libertador, en Venezuela, 1996.

El Movimiento por Jesús Soto
La idea de introducir el movimiento en la pintura es tan antigua como el mismo arte. Tal vez aparezca de forma más evidente en algunas obras como las de Miguel Ángel o de los artistas barrocos, en los cuales el deseo de proyectar las figuras en el espacio y dar la ilusión de que se están moviendo hacia todos los lados cobra una insistencia a veces obsesiva. De forma más conceptual, es con Cézanne y con los cubistas cuando empieza a aparecer una «cuarta dimensión» dinámica, que al cabo terminará por concretizarse en casos aislados como las máquinas de Gabo y Duchamp, o los «móbiles» de Calder. Pero creo que es mérito de nuestra generación el haber conseguido que se asumieran, de forma ya irreversible y a escala mundial, el arte transformable y la participación del espectador. Con nuestra generación, me refiero a todos los artistas cuyo proceso es marcado, en su inicio, por el choque revolucionario de los descubrimientos de la ciencia moderna respecto a la inestabilidad de la materia y la ambigüedad del espacio, a la vez que se apoya en la noción de estructura pura. Esa noción desarrollada a través de vías y medios muy diversos permitió una verdadera introducción del movimiento en la obra de arte, en lo que viene a llamarse «arte cinético». Debo añadir que nunca hemos hablado entre nosotros de cinetismo sino siempre de arte cinético, pues de ninguna manera hemos considerado el desarrollo individual de nuestras investigaciones como «ismo», ni como una escuela o un movimiento.
Jesús Soto

TRADICIONES

Fundaciones y traslados marcan la historia de Ciudad Bolívar

#Aniversario251 de Ciudad Bolívar
#Aniversario251 de Ciudad Bolívar

Texto: María Alejandra Pasarella A.
Fotos: Clement Díaz

El progreso de un pueblo se puede medir a través de la identidad que tengan quienes lo habitan en relación con las costumbres, tradiciones y hechos históricos que, de manera común, los conecte a todos a una misma realidad.
Para quienes nacimos y vivimos en Ciudad Bolívar no es secreto que poco es lo que, en realidad, conocemos de nuestra historia, de nuestro origen. En sí, poco sabemos de nuestros ancestros, de quiénes habitaron por primera vez las tierras que hoy nos sirven de hogar.
Hay poco material bibliográfico, pocas investigaciones y lo que se ha hecho, ya fue hace tanto tiempo, que es sumamente complicado conseguir escritos, datos o testimonios que contribuyan con el fortalecimiento de nuestras raíces, de lo que en esencia, somos como ciudadanos bolivarenses.
A mis manos llegaron dos textos, de suma relevancia y que deberían ser reimpresos, pues contienen todos los datos para hacer una correcta cédula de identidad de Ciudad Bolívar.
Me refiero a la obra “Anales de Guayana”, escrito por B. Tavera Acosta y publicado por primera vez en 1913; y al texto “Fundación de Angostura en 1764 por el Coronel Joaquín Sabas Moreno de Mendoza”, escrito por el Hno. Nectario María, como parte de las actividades realizadas para la celebración del Bicentenario de la fundación de la ciudad en 1964.
Basándome en los estudios y datos recopilados por estos significativos estudiosos y escritores de la región, intentaré contar, el palabras sencillas, algunos aspectos de la Fundación de Ciudad Bolívar y de cómo y porqué hoy celebramos sus 251 años.

Bicentenario desorientado
Para 1964, año en que se cumplía el bicentenario de la fundación de Ciudad Bolívar, aún existía desconocimiento y confusión con respecto a la verdadera fecha de la fundación de la ciudad. Según se refleja en el texto “Fundación de Angostura en 1764 por el Coronel Joaquín Sabas Moreno de Mendoza”, para la época, el estudio más completo lo había realizado B. Tavera Acosta en “Anales de Guayana” y allí se indicaba que era imposible determinar la fecha exacta, pues durante el estudio no se habían encontrado documentos que pudieran indicar, una fecha oficial.
Había quienes señalaban que la fundación se concretó el 19 de Febrero de 1764 y había otra corriente de intelectuales que se inclinaban por el 22 de Mayo de 1764.
Para resolver tal duda, fue creada la “Junta Organizadora del Bicentenario de Ciudad Bolívar”, la cual estuvo presidida por Mons. Dr. Constantino Maradei, quien a su vez delegó en la figura del historiador Hermano Nectario María, la búsqueda de datos precisos que permitieran establecer, la verdadera fecha de la fundación.
Para tal fin, el historiador realizó una revisión minuciosa del Archivo General de Indias y en las secciones denominadas Caracas, Santa Fe, Domingo e Indiferente General, encontró los documentos que nunca obtuvo Tavera Acosta y que daban cuenta de fechas definitivas.
Y, ciertamente, no en vano hubo la confusión con el 19 de Febrero de 1764, pues según se indica la obra de Nectario María esa fecha “es sólo el inicio de los trabajos mientras que el 22 y 23 de mayo, marcan su fin, la bendición oficial y el del primer documento emitido en la nueva población”.
Indica el Hno. Nectario María en su investigación que “el Coronel Joaquín Moreno de Mendoza se trasladó a Angostura en Mayo de 1764 y que el Fuerte San Gabriel, que centralizaba entonces la administración de la nueva ciudad, principiado el 5 de marzo, se terminó el 21 de mayo y que el 22 de mayo de 1764 fue inaugurado solemnemente y bendecido por Fray Bruno de Barcelona en presencia de todos los vecinos, entre pabellones y estandartes con el Gobernador Joaquín Moreno de Mendoza, presidiendo los actos que marcaban el fin del traslado de Santo Tomé de Guayana a la Angostura del Río”.

Fundación y traslados
Lo que hoy conocemos como Ciudad Bolívar, más allá del espacio geográfico que ocupa y que ha ocupado a través de los tiempos, se fundo con el fin de ser la Capital de la Provincia de Guayana en los tiempos de la colonia y hoy continua siendo la capital.
Documentos históricos reseñan que la Capital de la Provincia de Guayana fue fundada, por primera vez en 1531 con el nombre de Santo Tomás de la Guayana, por Diego de Ordaz, militar y explorador español. No obstante, Tavera Acosta señala en su texto Anales de Guayana, que la primera persona en llegar y fundar la primera sede fue el español Juan González de Sosa, por disposición de Ordaz, quien llegó al lugar pocos días después en su remontada por el Orinoco hasta la confluencia del Meta.
No obstante, Tavera Acosta señala que el lugar en el que estuvo situada la primera capital “a orillas casi de la boca del Caroní, entre la actual población de San Félix y la mencionada boca” ya era un lugar poblado, era una ciudad “habitada por indios uayanos, que vivían en míseras churuatas”.
Igualmente, Tavera Acosta cita a los autores Oviedo y Valdés y a su obra “Historia General de Indias”, quienes indican que “la población tenía doscientos buhíos redondos e grandes (…) Aruacay se llamaba el pueblo del cacique Uriaparia y además habían nueve caciques, entre los cuales Naricagua era el principal a quien todos obedecían”.
Desde 1537 y hasta 1590, no se poseen datos históricos de hechos ocurridos en la primera capital. Tavera Acosta asegura en su obra que, luego de esto sólo existe un registro en 1560 donde “sólo Juan de Castellanos en sus Elegías de Varones Ilustres de Indias de 1589, dice que después de las jornadas de Ordaz, salió de Margarita el padre Ayala y llegó hasta donde aquellos invernaron, siendo en1560 muerto por los indios junto con los doce compañeros de que constaba su expedición”.
La segunda Santo Tomás de la Guayana fue fundada por Antonio de Berrío en 1593 “siete leguas más abajo de donde estuvo la primera en la boca del Caroní” señala Tavera Acosta en su libro Anales de Guayana. Esta segunda ciudad fue incendiada por ingleses el 28 de enero de 1618, por lo que fue necesario su traslado, fundándose en 1619, la tercera Santo Tomás de la Guayana.
La tercera capital fue fundada por Fernando de Berrío y padeció durante muchos años el ataque de corsarios y piratas; el Hermano Nectario María, señala en su libro “Fundación de Angostura en 1764 por el Coronel Joaquín Sabas Moreno de Mendoza”, que la decisión real de mudar la ciudad a la Angostura del Orinoco se debió a los constantes ataques “Santo Tomás de la Guayana fue destruida y saqueada a las repetidas ocasiones “por lo holandeses en 1629 y 1637; por los ingleses en 1664, por los holandeses otra vez en 1679; por los franceses en 1685 y por los ingleses en 1740”.
Finalmente, el 22 de mayo de 1764 quedó fundada la Angostura del Orinoco, luego de haber sido ordenado el traslado de Santo Tomás de la Guayana a esa región, para mantenerse en ese lugar los últimos 251 años y llamándose desde 1846 Ciudad Bolívar, capital del Estado Bolívar.

Angostura hoy
Ciudad Bolívar, según se relata en la historia, tuvo un inició muy trágico, complejo, marcado por traslados, incertidumbres y sangrientos enfrentamientos. No obstante, es una localidad que tienen en sus calles y paisajes historias para contar, historias para vivir y también historias para progresar.
Es la capital del estado más extenso, con gran cantidad de riquezas naturales, que inclusive surte a otras ciudades de Venezuela y también de países vecinos.
Conocer su historia, a sus personajes y saber cómo llegamos hasta donde estamos, serán los aspectos fundamentales para hacernos pisar tierra firme y luego despegar con todos los hierros hacia un viaje de constante evolución.
Hoy Ciudad Bolívar no lucha contra los corsarios, lucha contra el desánimo de sus ciudadanos, quienes parecen haberse entregado a lo que va contra la naturaleza prospera y progresista de una ciudad que, pese al descuido, sigue siendo la más bella, la más importante y en la que resulta más gratificante vivir.
Una ciudad la hace su gente y todos formamos parte de lo que hoy compartimos, en este aniversario aprovechemos la oportunidad de reflexionar y tomar decisiones que nos integren a una mejor vida en nuestra Ciudad Bolívar.

DEPORTES

Así empezaron a jugar beísbol en Ciudad Bolívar

Jugar béisbol a principios de los años 40, era todo un desafío para los jóvenes bolivarenses… Para la época lo único que se jugaba era Ronda, un juego parecido al béisbol. Sin embargo, fue la llegada de un grupo de americanos, lo que motivo la conformación de varios equipo… Aquí les contamos la historia:

https://soundcloud.com/hereslacausa/beisbol-en-ciudad-bolivar-1

TRADICIONES

Juegos tradicionales de Ciudad Bolívar

juegos tradicionales 1
La Fundación Cultural Parapara se ha encargado de mantener las tradiciones infantiles de los bolivarenses

Texto: María Alejandra Pasarella A./ Henry Vallejo.- Fotos: Héctor Cabrera

Jugar se ha vuelto un asunto de globalización, tal y como ha ocurrido con el resto de las cosas en el mundo, durante los años de evolución tecnológica. Hace algunos años, jugar formaba parte de esa interacción social que me permitía a niños y niñas desarrollar sus destrezas, en diversas áreas, el juego era algo que definía parte de su personalidad. Hoy en día jugar puede estar más cercano a una interacción virtual e inclusive jugar puede convertirse en una razón para estar a solas.

Gracias al trabajo de Mariita Ramírez y de la Fundación Cultural Parapara, en Ciudad Bolívar, ha sido posible mantener y llevar a las nuevas generaciones las formas más emblemáticas de divertir a grandes y pequeños. A continuación haremos una desripción y explicación de los juegos más representativos:

 La Zaranda.

Es un juguete ecológico que forma parte de los juegos tradicionales en tiempos de Semana Santa de nuestra Guayana. Se fabrica tomando la calabacita de la mata rastrera que también se llama zaranda y que se da por los suelos arcillosos de los pueblos cercanos al Río Orinoco. Cuando se ve que la calabacita madura se toma de la mata, y tomando en cuenta que es un fruto tóxico, no es para comer sino para fabricar la Zaranda que es la versión femenina del trompo.

A la calabacita se le hacen unas perforaciones con hierro caliente, por allí se le sacan las semillas, luego se le atraviesa un cavito de madera para que baile y para finalizar se pinta de varios colores.

Las zarandas se pueden clasificar de acuerdo a su forma de baile, tamaño y colorido:

La Loca: la más grande de las zarandas, tiene muchos colores.

La Serenita: al bailar lo hace de manera muy estable.

La Taratatera: su baile es combinado con pequeños brincos que hacen el ruido ta, ta, ta.

La Silbona: es la que tiene dos orificios y al bailar produce un silbido.

La Reinita: es la más pequeña del grupo y sale a bailar al final del encuentro entre el trompo y la zaranda. Cuando la fabrican tienen un trato especial porque le dan un baño de manteca de cochino para que la punta del trompo resbale y no la rompa tan fácilmente.

 El Encuentro

En Semana Santa se encuentran en los patios de las casas o terrenos los trompos bailados por los niños y las zarandas bailadas por las niñas. Mientras el trompo tiene una sola forma de bailarlo, la zaranda se puede bailar con un guaral y una paleta, con un guaral y una botella o simplemente con el guaral y si es una reinita, hasta con el chasquido de los dedos. Los niños buscan con sus trompos romper las zarandas hasta que al final la reinita sale y lleva dentro una petición, el niño que la quiebre tiene el compromiso de cumplir el deseo secreto que esa reinita escondía en su interior.

 El Juego de Paraparas

El juego se puede efectuar de dos formas: cruzando las manos hacia adelante con los puños cerrados y la otra con una sola mano empuñando la cantidad de paraparas que se desean jugar con la persona elegida, cumpliendo así su cometido de socializador; luego se procede a hacer la pregunta de rigor a la persona escogida: ¿Pares o nones?, la cual responderá o adivinará de acuerdo a su criterio. Si adivina “Pares” y acierta, ganará todas las paraparas que escondía en sus manos el que interrogó, pero, caso contrario, de responder “Nones” y es “Pares” deberá pagar la cantidad de paraparas que tenga escondida el jugador que hizo la pregunta.

El Quiminduñe es la primera palabra para entablar el juego en dialogo. Con la mano empuñana para escoder la cantidad de paraparas y hacia adelante se pregunta:

P: Quiminduñe

            R: Abre el puño

            P: ¿Sobre cuánto?

R: Sobre… (Se indica el número de paraparas, o pares o nones)

La Soda Galleta es un dialogo o trabalenguas, existe una variante en relación a la posición de las manos anteriores; se colocan una encima de la otra, escondiéndose en cualquiera de las dos (Arriba o abajo) las paraparas a jugarse y se dialoga diciendo:

P: La Soda Galleta

            R: La niña le cuenta

            P: ¿Qué dice tu padre?

            R: Que te comas esta y me dejes esta.

(Seleccionado el otro jugador la mano en la que cree, están las paraparas).

La naturaleza del juego de Paraparas consiste en el acercamiento de una persona otra (juego de parejas), a través del intercambio en un juego de manos y de palabras; unas románticas, otras guasonas, donde se hacen preguntas directas o de diálogos en forma de galanteo o picardía amorosa.

¿Me quieres o no me quieres?

P: Periquitos van volando

R: Y en el pico llevan flores

P: ¿Ahora quiero que me digas si son pares o son nones?

R: Son…

 

 

TURISMO

A 48 años de su inauguración… Puente Angostura sigue siendo factor de progreso para Guayana

Puente Angostura
Puente Angostura

 

Texto: María Alejandra Pasarella A.

Fotos: Clement Díaz/ Archivo

 

Conversar acerca del Puente Angostura en la actualidad podría traer a colación cualquier cantidad de quejas y nostalgias, pues de ser el puente colgante más largo de América Latina y considerarse como una joya de la ingeniería nacional, hoy su estructura e inmensidad se minimiza a historia, descuido y una permanente falta de iluminación, que es apenas, la consecuencia más palpable del abandono al que se dejó llegar a través de los años.

Pese a toda esta situación, para los bolivarenses sigue siendo de gran orgullo y por supuesto, el Puente Angostura sigue dejando sin habla a quienes lo contemplan desde el malecón capitalino. Quienes residimos en esta maravillosa tierra podemos dar fe de los suspiros que puede causar disponerse en el malecón a disfrutar y contemplar la majestuosidad del Río Padre perfectamente adornado con una estructura igualmente extraordinaria.

Aunque fue inaugurado el 06 de Enero de 1967, su construcción se inicio el 19 de Diciembre de 1962, durante el gobierno del presidente Raúl Leoni.El puente, localizado a 5 kilómetros de Ciudad Bolívar y que conecta a los estados Anzoategui y Bolívar, fue diseñado y construido por Precomprimido C.A. y American Bridge y uno de los aspectos que lo hizo ser una obra muy llamativa para muchos países fueron los cajones de acceso apoyados en 2 nervios que a la época fueron un récord así como el vaciado continuo bajo agua de 120 m3/h.

Al momento de su finalización era el noveno puente colgante del mundo y primero de Sudamérica por longitud. Tiene una longitud de 1.678,5 metros, cuatro canales de tráfico a una altura de 17 metros; 14,6 metros de ancho, en su punto más alto se eleva a 57 metros por encima del río, y posee dos grandes torres de acero que soportan el tendido de los cables y miden 119 m de altura.

En la actualidad, el Puente Angostura sigue siendo el más largo de Latinoamérica y de ser el número 9 del mundo, pasó a ser el número 39.

Es importante destacar que su costo total fue de Bs.177.512.000,00 y su construcción e inspección estuvieron a cargo de ingenieros y empresas venezolanas, a excepción de la super estructura del tramo colgante a cargo de la USSI LTD.

El Puente Angostura para los bolivarenses y para todos los venezolanos fue, al momento de su inauguración, símbolo de crecimiento y desarrollo, una importante joya de la ingeniería nacional que dejaba ver el excelente camino que podríamos recorrer. Hoy en día, sigue siendo un factor de progreso, el medio que nos une con el resto del país y a través del que entra y sale todo nuestra histórica capital.

Hoy en día,  su grandeza está intacta, aunque el descuido y el abandono se hagan cada día más evidente en sus majestuosas estructuras.

El Puente Angostura, no sólo representa la puerta de entrada a la hermosa Guayana, sino que debe seguir siendo símbolo de desarrollo y progreso, es por eso que es necesario su iluminación y reparación, para que esta gran joya de la ingeniería venezolana, perdure por muchísimos años más.

TRADICIONES

Y tú… Qué haces el 31?… Año Nuevo para celebrar

FOTO 1 ESENCIA 29122014

Escuchando la suave voz de Néstor Zavarce y al compás de la canción “Faltan 5 pa’ las doce”, despedimos el año los venezolanos. No importa la clase social, la religión, la profesión o cualquier modo de agrupación que tengamos, me atrevo a decir que no hay un venezolano que no se le haga un nudo en el pecho cuando suena el popular tema que trae a nuestra mente gratos recuerdos y también hace aflorar la nostalgia de las ausencia, que para estas fechas se perciben con mayor intensidad.

El 31 de diciembre es la fecha en la que el día pasa “volando”, es el último día del año y son las 24 horas en las que queremos hacer todo lo que no hicimos en 364 días. Sólo que cuando se acerca la noche se nos hace fácil entender que ya lo que no hicimos, lo podremos hacer “el año que viene”, por lo que comienza la etapa de relajarse, buscar la mejor pinta y prepararse para recibir al nuevo año escuchando canciones como Viejo Año de Maracaibo 15, los diversos temas de la Billo´s Caracas Boys y de Los Melódicos.

De celebrar el nacimiento de Jesús, pasamos a soñar con un nuevo comienzo, que viene acompañado por la fuerza del entusiasmo, el optimismo y la felicidad. Esa noche del 31 no hay un venezolano que deje de brindar por el bienestar del país, por la prosperidad, por la mejora de sus finanzas, por la salud y en fin por todo lo bueno que le pueda pasar. Los que quieren viajar salen con sus maletas a recorrer la cuadra y las solteras que quieren conseguir novio van y le dan el feliz año al primer hombre con el que se topan fuera de sus casas antes que a sus familiares. En fin, la celebración en nuestro país tiene muchos rituales, están los que se comen las doce uvas, una por cada campanada, también quienes usan ropa interior amarilla y aquellos que reciben el año con muchos billetes en sus bolsillos y en sus manos.

Cada 31 de Diciembre es una encrucijada, hay sentimientos encontrados, para muchos es la prueba final, es ese día donde se percatan que la lista de deseos del año anterior fue cumplida solo en un 10 por ciento, el otro 90 por ciento quedo excluido por que el “señor destino” tuvo mejores planes y entonces eso también se convierte en motivo para celebrar. No obstante, la lista del año siguiente ya está en puertas, pueden faltar estrenos y bebida, pero nunca la lista de los planes para el año nuevo. Tal y como nos han enseñado, la lista va de lo más grande a los más pequeño, es decir, siempre pedimos de los macro a lo micro, empezamos por pedir la paz del mundo y terminamos pidiendo el carro o la casa de nuestros sueños.

La comida de nuestro país es especial para estas fechas. Una buena copa de vino acompañada de una gran cena es la costumbre. La reunión familiar propicia que sean muchas las personas involucradas en la cocina, los que aliñan y ponen el sabor al pavo, al cochino y al pollo; por su parte las matronas del hogar le ponen sazón a las hallacas del 31, mientras que los más jóvenes, generalmente, se ocupan de las ensaladas y los panes de jamón. El mismo 31 queda todo listo para el sancocho del primero, infaltable y necesario para reanimar a quienes de tanto celebrar les cuesta retomar la vida en el inicio del nuevo año.

Los niños no escapan de la celebración, para ellos no hay metas por cumplir ni objetivos aún no logrados. Ellos se suman a la celebración de los padres y familiares, encendiendo las populares estrellitas, correteando por toda la casa y disfrutando de los infaltables estrenos. La ropa nueva y adherirse a los rituales de los adultos es muy divertido, sacar las maletas y tener dinero en sus bolsillos, también son actividades que entretienen a los más pequeños de la casa.

El año nuevo en Venezuela como en casi todo el mundo, es celebrado con alegría, los fuegos artificiales se encargan de romper las malas energías y dejar en su lugar pura buena vibra.

En este 2014, nos preparamos para recibir un año maravilloso, muchos hablan de un año, económicamente, duro. Para quienes amamos nuestro terruño y sabemos que cualquier dificultad es el umbral a través del que accedemos a grandes oportunidades, confiamos en la grandeza de lo nuestro, nos creceremos ante las dificultades y saldremos adelante, como solo quienes llevan la sangre del hombre que libertó cinco naciones pueden hacerlo.

Desde Esencia queremos agradecer a Dios por permitirnos contar historias, a todos nuestros lectores que martes a martes esperan con alegría nuestra columna, igualmente agradecemos a todo el equipo del Diario El Progreso, del cual nos sentimos parte, por ofrecernos este espacio para interactuar con miles de bolivarenses.

Y aunque muchas cosas buenas se aproximan para este 2015:

Yo no olvido el año viejo,

Porque me ha dejado cosas muy buenas:

Me dejó una chiva,

Una yegua blanca

Y una buena suegra…

Y al son de esta vieja guaracha tropical y al calor de un abrazo fraternal, te deseamos…

Feliz Año!!!!

TRADICIONES

Parranda Guayanesa… ritmo que invita a la alegría

Por: María Alejandra Pasarella A.

Fotos: Clement Díaz

Mariita Ramírez cultora de la música bolivarense
Mariita Ramírez cultora de la música bolivarense

El amor a la naturaleza, los hechos que son cotidianos en la vida y la necesidad de proyectar el talento poético de los bolivarenses, son tres de las razones que impulsaron, en el pasado, a los creadores de la Parrandas Guayanesas, que año tras año deleitaban al público de la ciudad en la época navideña.

Aunque aún podemos disfrutar de este género musical que se escucha en todo el país, en tiempos pasados la composición de sus letras,  sus melodías y su interpretación, representaba una verdadera tradición, y todo un rito, que desde los meses de agosto y septiembre se comenzaba a implementar, pues era el tiempo de preparar los temas que se dedicarían en las parrandas navideñas.

Marita Ramírez, como ferviente impulsora de las tradiciones bolivarenses, no sólo interpreta las parrandas, sino que además conoce parte importante de la historia escrita por algunos de los parranderos más famosos de Ciudad Bolívar.

Nos cuenta Marita que durante la época de las parrandas, familias enteras se reunían para disfrutar de las nuevas composiciones realizadas por los poetas del momento, quienes entregaban sus versos y durante largas horas de prácticas lograban darle melodía a cada letra.

Una de las razones por las que hoy se ha perdido un poco esta tradición es la inexistencia de material escrito de aquellas composiciones, pues lo que se estilaba era que el autor tarareaba el ritmo y repetía la letra, hasta que los músicos se la aprendían de memoria; he aquí también una explicación para entender porque podemos escuchar temas como la Barca de Oro, interpretadas por diversos cantantes y en cada oportunidad la letra de las estrofas son diferentes, en realidad, quizás nunca sabremos realmente cuáles fueron las estrofas originales creadas por el gran Alejandro Vargas. Lo que sí es cierto y permanecerá en el tiempo, es la influencia que ha ejercido este notable hombre de parrandas y música guayanesa, que aún muchos años después de su fallecimiento, sus melodías siguen sonando cada navidad en todo el país.

La parranda guayanesa sólo necesita de un cuatro, un furroco o tambora y un rayo, explica Marita Ramírez que al ser una costumbre donde la familia era fundamental, los instrumentos no eran lo más importante, pues a la hora de parrandear, cualquiera de los objetos de la casa que sirviera para acompañar musicalmente a los cantantes, era bueno. No era necesario un gran escenario, mucho menos un sonido profesional. El entusiasmo era suficiente.

Es así como “Los Negros Tavares”, “Las Maracuchas”, “Los Hermanos Pantoja”; Félix Mejías, Alejandro Vargas; Elvira Pulido, Matilde Pulido y una cantidad incontable de destacados músicos bolivarenses, volcaban cada año sus energías a la creación e interpretación de la parranda navideña.

Salir a recorrer las calles, visitar las casas y comercios, era parte fundamental de la parranda, ya que era en estos momentos donde se daba el intercambio de música por aguinaldo, aunque para los parranderos, lo más importante siempre fue encontrar un público cautivado, alegre y bonachón.

Las parrandas, eran acompañadas de la popular bebida “Amorcito”, en aquel entonces, un trago de esta bebida era siempre un aliciente para que los cantantes se entonaran y arrancaran las largas jornadas de serenatas y visitas.

Las parrandas bolivarenses no son sólo un género musical, representan un modo de vivir y sentir la navidad. Priva la familia, la unión, el compartir, el dar y el recibir, los cuales son, en cualquier parte del mundo, los valores que se enaltecen para homenajear el nacimiento del Niño Jesús.

 «Aprovecha esta navidad para ofrecer una parranda y date el permiso de recibir en casa a los parranderos, que de seguro te estarán visitando. Esto es disfrutar de nuestra Esencia»

TRADICIONES

El Pesebre en Venezuela… una tradición que llegó con los conquistadores

Texto: Cortesía Revista ENcontrArte Digital y María Alejandra Pasarella A.

Fotos: Cortesía Revista ENcontrArte Digital y Clement Díaz

Pesebre de Pedro Duque Relieve en madera policromada 32,5 x 47 cms /2001
Pesebre de Pedro Duque Relieve en madera policromada 32,5 x 47 cms /2001

La palabra latina praesepe, praesepis significa cercado o lugar cerrado en donde se recoge el ganado, establo o cuadra. En castellano se denomina así esa especie de cajón, generalmente de madera, en el que se les echa la comida a los animales tales como vacas, caballos o mulas.

En uno de esos cajones fue donde, según la tradición cristiana, puso la Virgen a su hijo recién nacido, porque, al no tener sitio en la posada, tuvieron que resguardarse María y José en una cueva de la montaña que los pastores de la zona aprovechaban como cobijo para ellos y sus animales. «Y dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en el mesón» (Evangelio según San Lucas 2, 7.)

La tradición de hacer pesebres también llamados nacimientos fue iniciada por San Francisco de Asís quien, en la Navidad del año 1223 con el permiso del Papa, puso en una cueva en Greccio, al norte de Italia, un pesebre con paja y organizó con algunos campesinos del lugar un nacimiento viviente para recrear la escena descrita en los Evangelios, y en ese escenario, celebrar la misa de Nochebuena. Este fue el primer pesebre de la historia.

Desde entonces, este evento se transformó en una costumbre dentro de la Orden Franciscana y la de Santa Clara; sin embargo poco a poco se fueron sustituyendo las personas por figuras elaboradas con variados materiales como madera, cerámica o piedra. Posteriormente, esta costumbre se extendió a todo el mundo cristiano y quedó arraigada en el catolicismo llegando así  a difundirse por toda América Latina durante la conquista a través de las misiones.

Actualmente, persiste en los países donde el catolicismo es la religión predominante como Italia, España, Francia, Austria, Alemania, la República Checa y los países latinoamericanos. En cada país o región y durante cada época los pesebres o nacimientos toman distintos estilos y formas; a lo largo del tiempo se fueron haciendo cada vez más elaborados y espectaculares, mezclando lo sagrado con lo profano, lo ritual con lo festivo.

En Venezuela fue introducido por las órdenes religiosas durante la época colonial, que vieron en los pesebres además un efectivo medio de evangelización de los indígenas. Los religiosos de todos los conventos armaban nacimientos, involucrando en esta tarea a miembros de las comunidades aledañas. De igual forma lo hacían los sacerdotes de las iglesias.

La riqueza cultural venezolana se expresa a través de diversas manifestaciones típicas navideñas tanto de carácter religioso como pagano de las distintas regiones del país y por la múltiple variedad de formas y maneras de arreglar los pesebres.

A continuación enseñaremos una pequeña muestra de obras de arte popular sobre este tema.

Pesebre de Roberto Alvárez Tallas en madera 76 x 160 x 130 cm / 2001
Pesebre de Roberto Alvárez Tallas en madera 76 x 160 x 130 cm / 2001

El pesebre en Ciudad Bolívar

En Ciudad Bolívar, realizar el pesebre es una tradición que no decae y gracias a algunas instituciones, comunidades y familias, se mantienen viva.

Una de las tradiciones navideñas que identificó por algún tiempo a los bolivarenses fue realizar recorridos por las calles de la ciudad para admirar la creatividad de algunas personas, que realizaban hermosos nacimientos que cubrían todo el frente de sus casas. Este paseo se hacía en familia y era momento propicio para realizar peticiones y lanzar ofrendas al pesebre.

Aunque en la actualidad muchas familias continúan realizando los nacimientos, cada día ha ido mermando esta costumbre de salir “en familia” a disfrutar de los pesebres de Ciudad Bolívar.

En la Fundación Cultural Parapara, Marita Ramírez y todo el equipo que la acompaña, cada año se abocan a recrear la navidad de una manera muy bolivarense y es que la creatividad les ha permitido plasmar el nacimiento del Niño Dios a través de la utilización de materiales como las taparas, las paraparas, los capachos y también las camazas.

Ya es una tradición adquirir los “Nacimientos de Paraparas”, ellos representan un excelente regalo para ofrecer un recuerdo navideño de nuestra zona. Tienen los elementos que nos identifican, frutos de nuestra tierra y además están hechos con manos de mujeres que, permanentemente, enaltecen nuestra idiosincrasia.

Es por esta razón que desde Esencia, te invitamos a retornar a tus raíces, a hacer tuyas cada una de las calles de la ciudad y a participar activamente en una navidad con sello Guayanés.

TRADICIONES

Fusilamiento de Manuel Carlos Piar: Una muerte estéril y dolorosa para Venezuela

A 197 años de la “Tragedia de Angostura”

***El General en Jefe de los Ejércitos de Venezuela, Manuel Carlos Piar, fue descrito por el historiador Laureano Villanueva como un hombre que llevaba en las venas sangre de príncipe, en la mente luz del talento y dentro del pecho el corazón de un héroe.

Texto: María Alejandra Pasarella A.

Fotos: Orlando González

Estatua de Piar en el Cerro El Gallo donde libró la Batalla de San Felix
Estatua de Piar en el Cerro El Gallo donde libró la Batalla de San Felix

Como en toda historia que relate una guerra, no todo es fortunio ni éxito para quienes resultan vencedores. Se dice que la historia la escriben quienes ganan, pero en el caso que a continuación les presento, ha sido la misma historia la encargada de reivindicar lo que grandes escritores e historiadores denominan “La Tragedia de Angostura de 1817, uno de los grandes errores del Libertador Simón Bolívar y uno de los actos inmorales que manchan su carrera luminosa”.

Hoy 16 de octubre de 2014, conmemoramos el 197 aniversario del Fusilamiento del General en Jefe de los Ejércitos de Venezuela, Manuel Carlos Piar, ocurrido en la pared occidental de un templo que para 1817, año en el que fue ejecutado, no había sido terminado de construir y que hoy conocemos como la Catedral de Ciudad Bolívar.

En aquella Plaza de Angostura murió con gran heroísmo un hombre que no sólo batalló por la libertad de Venezuela, sino que también intentó ocuparse de su ordenamiento político y de comenzar a darle forma de república a un país, que se mantenía en guerra, sin que esto permitiera su avance hacia la verdadera libertad.

Para 1817, año del fusilamiento del Gral Manuel Carlos Piar, la situación para el Jefe Supremo de la República de Venezuela, Simón Bolívar, no era de completo dominio, según explica Tavera Acosta en su libro Anales de Guayana, “para 1817 no se habían olvidado todavía los acontecimientos de 1814, cuando fue Bolívar desconocido hasta por sus mismos parientes en Cumaná, Carúpano y Margarita; no se habían olvidado todavía los sucesos de Ocumare y de Güiria en 1816, que obligaron, por tercera vez a Bolívar a salir fugitivo para el extranjero; no se habían olvidado aún los desastres de Clarines y de la Casa Fuerte, ni lo acontecido en marzo de 1817 que obligaron al Libertador a llegar sólo y desconocido de nuevo por el ejercito patriota hasta el campamento de Piar, a orillas del Orinoco y no habían transcurrido ni seis meses de la rebelión del Congreso de Cariaco, verificado con el propósito de dar fisionomía legal a la nación venezolana y alejar al gobierno lo más posible del personalismo que día tras día, venía acrecentándose en las filas patriotas”.

Según continua explicando Tavera Acosta en su libro Anales de Guayana, para esa época “perdida de la revolución bajo la jefatura de Bolívar, fracasado él mismo tras la primera expedición de Los Cayos, derrotado en Clarines por Jiménez, perdida Barcelona debido a su imprevisión y desconocido, una vez más, por las tropas, natural era que para aquellos meses los pro-hombres militares de la república, con excepción de Piar, no le vieran de nuevo con agrado al frente de la dirección de la guerra; todo lo contrario, aun estaban frescos los recuerdos de los desastres sufridos por el gran caudillo y su desprestigio entre los principales guerreros de la independencia”, pese a todo este escenario, desfavorable a Bolívar “fue Piar el único genio militar que teniendo un ejercito poderoso había permanecido fiel al Libertador, a quien recibió con los brazos abiertos y aclamándole como Jefe Supremo en Guayana, cuando todos le habían vuelto la espalda”.

El origen de la tragedia

Dice la historia que el asunto contra Piar tuvo su inicio en lo que se denomina el Impasse de Güiria, el cual ocurrió el 22 de agosto de 1816 y se produce cuando el General José Francisco Bermúdez, quien al año siguiente seria el sustituto de Piar en Guayana, amenaza al Libertador y desconociendo su autoridad, lo obliga a volver a Los Cayos de San Luis y conjuntamente con Mariño se declaran primer y segundo jefes de Oriente, pasando por encima de los rangos de Bolívar y Piar, situación que luego fue aceptada por Bolívar.

La actitud de Santiago Mariño y de José Francisco Bermúdez no es bien vista por Piar, quien en medio de su molestia y con el fin de libertar a Oriente del dominio español, comienza a ocuparse militarmente de la zona, la cual estaba prácticamente perdida y es cuando se desarrollan los acontecimientos que le condujeron a la victoria de El Juncal el 27 de septiembre de 1816.

Con esta victoria Piar adquiere más renombre del que ya poseía, sus hombres le amaban y respetaban ciegamente. Todo esto produjo malestar en el resto de los oficiales. A lo cual se debe añadir que en medio de la pelea, la historia relata que el carácter arrogante de Piar era irreconocible; de manera que los oficiales que le acompañaron en la Batalla de El Juncal, Gregor Mac Gregor, Judas Tadeo Monagas, Pedro Zaraza y Manuel Cedeño, manifestaron su descontento, por la arrogancia con que el General Piar llegó a tratarles, haciéndolos sentirse subestimados.

Había comenzado la enemistad entre los patriotas. Generales como Anzoátegui, Cedeño, Monagas, Rojas y Zaraza pasan a ser enemigos de Piar, pues ellos estuvieron entre los beneficiados por las acciones de ascensos de Mariño y Bermúdez, que denunciaba Piar ante el Libertador. Finalmente todos se le alejan, excepto Manuel Cedeño, quien sigue bajo su comando, quizás con miras a la venganza posterior.

Con estos acontecimientos ocurridos en Güiria y los manejos de tropas y el prestigio alcanzado en El Juncal, el General Manuel Carlos Piar, se había hecho sentir como un líder en todo el movimiento libertador de Venezuela, al extremo de que muchos llegaron a pensar y también a alimentar la idea, con miras a la rivalidad, de que su autoridad coligaba con la del Libertador Simón Bolívar.

La rivalidad iniciada entre el alto mando militar patriota continua, al tiempo que por su parte Manuel Piar insiste en sitiar Guayana, pese a que a juicio del Libertador, aún no era el momento de actuar en esa provincia.

Es así como, con un ejército de 800 Infantes, 200 Jinetes, y con dos cañones, Piar salió de Barcelona el día 08 de Octubre de 1.816, rumbo a Guayana, llegó hasta Caicara, donde se encontró con Manuel Cedeño, quien se sujeta a sus órdenes y juntos deciden iniciar lo que luego se llamó Campaña de Guayana.

Para esos días, ya Bolívar había vuelto a Venezuela, su presencia puso en alerta a los subalternos de Piar, pues Bolívar no deseaba ocupar Guayana; pero Piar no prestó atención a esto y siguió con su deseo de ocupar Angostura.

Por su parte, a su regreso Bolívar pretende reunir todos los ejércitos dispersos en una gran fuerza militar, conformada por los patriotas de Nueva Granada que andan por Apure, además de los llaneros de Páez, y los comandados por Cedeño, Monagas, Rojas y Zaraza, incluso las del mismo Piar a quien le indica en la carta donde le hace el llamado “Aún no es tiempo

de tomar a Guayana, llegará ese día y con suceso».

Pero Piar piensa distinto y continúa con la campaña de Guayana, además de no ceder a la unificación de los ejércitos. Al contrario, le remite a Bolívar una invitación para que vaya a Guayana a la cual ya considera libre y en efecto, Piar había dejado a los coroneles Teodoro Figueredo y Felipe Martín sitiando a Angostura y se dirigió a las Misiones Capuchinas, de las cuales se apoderó y puso presos a todos los misioneros; el 17 de febrero de 1817 llegó a Upata, tomó el convento de Caruachi, y apresó a 22 capuchinos. Piar organizó el gobierno civil de Guayana con gente de su confianza, ya Angostura estaba en poder de los patriotas; y cuando Piar regresó a la ciudad, encontró al Libertador, quien le reclamó las ocupaciones que estaba haciendo en Guayana; pero Piar no hizo caso a los “chillidos destemplados” de Bolívar, pues ya los triunfos eran innegables.

Es de este modo como, siendo Jefe de Guayana, habiendo logrado la ocupación casi total del territorio, el General Piar se dispone a luchar por San Félix que aún estaba en poder de los realistas a quienes enfrentó el histórico 11 de Abril de 1817 en la Batalla de Chirica, totalmente solo y al mando de oficiales novatos en su mayoría y, además, desconocidos pues Bolívar había cruzado el Orinoco 4 días antes de la decisiva batalla rumbo a Barcelona con 200 hombres y Judas Tadeo Monagas, quien estaba en Guayana, le había retirado todo el apoyo, por orden de Bolívar, quien seguía descontento y en desacuerdo con la campaña emprendida por Piar.

Pese a todo, la libertad de Guayana estaba a la vista de Piar y aproximadamente a las dos de la tarde del 11 de abril de 1817 se avistaron los dos ejércitos, el realista y el patriota, se hallaban cerca de los pueblos de San Miguel y San Félix. Los realistas eran 1.620 hombres, y los patriotas eran 2.200. La batalla transcurrió casi sin un tiro, pues la pelea fue a bayonetazos y lanzazos. Finalmente, el triunfo fue del ejército patriota al encerrar al enemigo, logrando apresar a 75 jefes realistas. Aquel día, Piar logró la independencia de Guayana y el dominio total del río Orinoco.

Juicio y fusilamiento

Después de aquella insigne batalla, logrando su principal objetivo y envuelto en una lucha sorda de intrigas y rumores que intentaban ponerlo a rivalizar con Bolívar, Piar, el Jefe de Guayana, decide pedir su pasaporte y retirarse de Guayana y del Ejercito venezolano. El día 30 de Junio de 1817, Simón Bolívar en su condición de Jefe Supremo de la República de Venezuela expide el pasaporte solicitado por Piar en el que señala “Concedo libre y seguro pasaporte al Excmo. General en Jefe Manuel Piar para que pase al lugar que tenga a bien en el territorio de la república o en el extranjero”.

Las intrigas y los rumores continuaron, enemigos de Piar enviaron cartas acusatorias a Bolívar en las que aseguraban de una supuesta sublevación que estaría gestando Piar, quien luego de recibir su pasaporte se había trasladado hasta Upata en búsqueda de su concubina, Mónica Farreras, para disponerse al retiro. Sin embargo, Bolívar solicita a Manuel Cedeño la aprehensión de Piar y éste envía a su edecán, Ramón Machado para intentar persuadirlo, diciéndole que debe ir al cuartel pues hay allí una carta lacrada de Bolívar que es de su interés, Piar, inocente de la trampa tendida, se dispone a ir al cuartel, cuando es interceptado por uno de sus edecanes José Antonio Mina, quien estando al tanto de la verdad lo alertó y es por esta razón que decide huir, provocando que el 5 de agosto de 1817, Simón Bolívar emitiera un Manifiesto en el que señala “El General Piar ha infringido las leyes, ha conspirado contra el sistema, ha desobedecido al gobierno, ha resistido la fuerza, ha desertado del ejército y ha huido como un cobarde; así, pues, él se ha puesto fuera de la ley: su destrucción es un deber y su destructor un bienhechor”.

Tomando las palabras de Bolívar se inició la búsqueda de Piar por parte de Manuel Cedeño, a quien se le había encomendado su captura, es apresado en Aragua de Maturín el 28 de septiembre de 1817; siendo conducido al cuartel general de Angostura, donde fue sometido a juicio.

El Consejo de Guerra que se le formó, estaba integrado por el almirante Luis Brión (presidente); los generales de brigada Pedro León Torres y José Antonio Anzoátegui; los tenientes coroneles Judas Tadeo Piñango y Francisco Conde (vocales), todos aserrimos enemigos de Piar.

El general de brigada Carlos Soublette fue el acusador y el teniente coronel Fernando Galindo el defensor, igualmente en ambos casos se trataba de enemigos públicos de Piar. El juicio estuvo viciado por testigos falsos, documentación falsa y una defensa casi inexistente, además de la condenatoria pública, previa al juicio realizada por Bolívar quien, desde antes de su aprehensión ya había declarado “la necesaria muerte” de Piar.

El 15 de octubre de ese mismo año, el Consejo de Guerra sentenció al general Piar a la pena capital por los delitos de insubordinación, deserción, sedición y conspiración. Simón Bolívar, confirmó la sentencia sin degradación del rango militar.

La sentencia se le dio a conocer pocas horas antes de su ejecución y explica Tavera Acosta que al leérsele la sentencia se indignó contra la injusticia que se cometía, por algunos minutos su accionar rayo en la locura, pero luego se calmó y caminó serenamente hacia el lugar en el que se ejecutaría su pena de muerte “con la arrogante gallardía de su valor incontrastable (…) al pasar por el frente de la tropa, comandada por el Tte Cnel Bruno Torres, se quitó el sombrero y saludo la bandera, se sentó en el banquillo y desabrochándose su dormán, exigió a los soldados que apuntaran bien a su corazón, lo ultimo que se le escuchó decir aquel 16 de octubre de 1817, fue “Viva la Patria”.

Aunque no se tiene conocimiento exacto del lugar en el que reposan sus restos, la documentación de la época indica que fue inhumado en un sitio que denominaban El Cardonal, que servía en aquel tiempo de cementerio para menesterosos o personas que no tuvieran familias.

El 16 de Octubre de 1817 fue un día de duelo para la patria, pero hoy la posteridad, haciendo justicia al heroísmo de aquel valiente campeón de nuestras libertades ciudadanas, ha hecho que su nombre lo lleven con orgullo municipios, calles, escuelas, plazas y ciudades, que un monumento que se levantó en San Félix ostente su busto en bronce en homenaje a sus proezas, que parecen legendarias.

Desde Esencia rendimos homenaje a este ilustre Prócer de la Patria, Libertador de Guayana e insigne soldado a quien murió como vivió, con el heroísmo a flor de piel.